miércoles, 19 de noviembre de 2014

100 días ya en US: "Diving" empieza, y trae consigo una rutina intensa; ¡Primer día de nieve!

Buenas y frías noches, queridos lectores! Aquí me encuentro escribiéndoos bajo mi manita, y es que por mucho que me digan que aún no he visto lo que es el invierno de verdad, yo ya me estoy muriendo de frío.

Esta semana que se ha ido ha traído con ella una nueva rutina, en la que el deporte es el principal protagonista.

En esta nueva rutina, de lunes a viernes, mi despertador suena a las 6:06 de la mañana. Después de convencerme de que se me va a hacer tarde y de verdad necesito levantarme, salgo de cama y bajo a tomar el desayuno. Cuando acabo de desayunar subo a vestirme y arreglarme, siempre justa de tiempo (aunque algo voy progresando con lo de la puntualidad, al menos ya no voy 15 minutos tarde) y luego Ally, Abby y yo salimos hacia el colegio, que como ya os había comentado, empieza a las 7:23. Cuando suena el timbre que marca el fin de las clases, a las 2:30, voy tan rápido como puedo a mi taquilla, cojo mis cosas, me despido de mis amigos, y luego mi amiga Gaia, mi hermana Abby y yo corremos hacia el bus que nos lleva a Gladstone, que es donde tienen lugar las prácticas de diving. Después de una hora de bus (ya que el bus tiene que pasar primero por un par de vecindarios antes dejarnos a nosotras) que estoy usando para dormir, a las 3:30 llegamos al complejo deportivo, y como aún tenemos una hora ates de que empiece el entrenamiento, ya que empieza a las 4:30, Gaia y yo nos pasamos esa hora haciendo ejercicio en el gimnasio. Después del "work out" nos cambiamos, nos ponemos los bañadores y vamos a la piscina a entrenar durante una hora y media. Cuando el entrenamiento acaba, a las 6:00, Abby y yo  nos damos una ducha en el gimnasio y Krissy o Travis vienen a buscarnos para llevarnos a casa, a la que llegamos a eso de las 7. Como llegamos hambrientas, cenamos nada más llegar y luego hacemos deberes o vemos un rato la tele en familia hasta que nos vamos a dormir, que suele ser pronto, y es que, aunque parezca que no, estoy 13 horas seguidas haciendo cosas sin parar y cuando llego a casa, lo único que me apetece es tumbarme y descansar. 

Pero como esta fue la primera semana, empecé los entrenamientos de diving el martes, así que el lunes, después de clases, Sean, Ally y yo decidimos ir de thriftshopping (tiendas de segunda mano). Aquí es algo muy popular, y la verdad es que está genial, porque te puedes encontrar con ropa de muy buena calidad y buen estado a un muy buen precio.
Sean y yo de "super fancies"


El martes empecé "diving", (que es la modalidad en natación de salto de trampolín), y con él, empezó la nueva rutina, una rutina bastante activa y,  lo que ello conlleva, agotadora. 
Somos alrededor de 12 niñas en los entrenamientos, que al parecer está muy bien para tratarse de diving, que como es un deporte que puede dar miedo, muchas niñas no se atreven. 
Sinceramente, al principio si que da un poco de miedo, pero lo que hay que hacer es no pensárselo mucho y dar lo mejor de ti. 
Aunque fue el  primer día, ya empezamos a mejorar desde el minuto 1. Aprendimos el " acercamiento de tres pasos y pre-salto' (que sirve para impulsarse antes del salto) y el tirarnos de cabeza hacia atrás, entre otras cosas.

El miércoles, jueves y viernes se resumen básicamente en la rutina que os acabo de explicar. En diving, seguimos avanzando durante las prácticas y además de las aproximaciones y saltos simples  practicamos, entre otras cosas, la mortal hacia delante, hacia atrás y el "inward diving". 

Lo que más me sorprendió del jueves fueron los copitos de agua congelada que aparecieron en las ventanillas del coche por la mañana, que advertían que el frío estaba llegando. 
Con respecto al viernes, nuestro amigo Landan vino a casa por la noche para ver una peli, durante la cual, yo, irremediablemente, me quedé dormida, y es que había sido una semana dura.



El sábado fue un buen día. A eso de las tres me fui a casa de Alexis y Carmen, a la que también vino Sean y dos de sus mejores amigos, Brandon y Nick. Estuvimos toda la tarde de bromas y pasando el rato hasta la hora de la cena, cuando la madre de Alexis, Jennifer, que es un cielo, nos hizo pizza para cenar. Después de cenar fuimos un rato a  casa de Sean, y cuando salíamos de casa de Alexis para irnos a su casa... ¡¡¡¡había nevadooooooo!!! Lo que también significó... ¡ mi primera pelea americana con bolas de nieve! ¡Que emoción!Y para acabar la noche, como a todos nos apetecía ver una peli, decidimos ir al cine, y fuimos a ver la película "Interestellar", que tenía unos efectos especiales muy bien logrados.

El domingo fue un día familiar, así que, por fin, eso significa también fue un buen día. Por la mañana, nada más despertarme, esto fue con lo que me encontré.

SI, NIEVEEEEEEEEEE!!!!


Después de abrigarme bien para no pasar frío, Krissy, Abby y yo fuimos a hacer la compra. Después nos reunimos con Ally en "Kohls" ,una especie de Corte Inglés ,ya que estaba de rebajas y queríamos ir a echar un vistazo, pero la verdad es que yo estaba tan cansada que no me apetecía ni ir de compras. Cuando ellas acabaron, a eso de las 4:30, fuimos a comer/merendar/cenar/ lo que sea a KFC , Kentucky Fried Chicken, y después fuimos a casa, donde limpiamos un poco, hicimos palomitas con caramelo y vimos una peli de miedo. 

Y así es como ha ido mi semana, ya veis que he empezado una nueva rutina, que a pesar de ser agotadora también advierte ser prometedora, y es que cuando le coges el gustillo a hacer deporte, es el mejor pasatiempo que puede haber.

Otra cosa....¿Sabéis qué? El jueves hicieron 100 días desde que llegué a América, desde que empecé el "sueño americano"; y es que tiene sentido que lo llamen "sueño", ya  en algún momento te vas a despertar y todo será como siempre ha sido. Sé que es un poco pronto para empezar a melancolizarse pero... ahora es cuando me empiezo a dar cuenta de lo mucho que voy a echar de menos mi vida de aquí. 

Por último pero no menos importante, queridos lectores, quiero deciros que os sigo echando de menos como el primer día, y es que siempre, siempre, siempre os tendré presentes, porque puede que no estéis muy cerca, pero sí muy dentro.








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